lunes, 7 de abril de 2008

Plan social promueve lectura entre niños de precario

Busque el artículo completo en La Nación. Domingo 6 de abril del 2008. Aldea Global. Pag. 19 A
San Ramón, Alajuela
Plan social promueve lectura entre niños de precario
Zoyla Rita Mora
Corresponsal
San Ramón. Para Luis Campos, de 11 años, leer y comprender los libros ha dejado de ser una obligación, para convertirse en parte de sus actividades de ocio preferidas.
Junto con él, casi 200 niños de Bajo Tejares, San Ramón, uno de los precarios más grandes y problemáticos del cantón, forman parte del proyecto de lectura Read Naturally, de la Asociación Misioneros de Fe. Este grupo tiene tres años de trabajar en el lugar y desde hace dos meses desarrolla el proyecto de lectura.
“Es una forma de ir cambiando la mentalidad de los niños. Si ellos se dan cuenta de que tienen potencial, van a querer seguir estudiando y ser mejores. Eso va a cambiar el perfil comunal, es con los niños con quienes se debe comenzar”, dijo Larry Bradford, director de la Asociación.
Los niños acuden cuatro días a la semana a las clases de lectura apoyados por alguno de los 24 voluntarios costarricenses con quienes leen durante un minuto cierta cantidad de palabras y posteriormente realizan una compresión de lectura. El quinto día lo dedican a hacer tareas y trabajos extra clases escolares.
John Halley, voluntario de 24 años de edad y encargado del proyecto, manifestó que el cambio en los niños es notorio, no solo académicamente, sino en su conducta.
“Los chicos acá no solo aprenden a tomarle el gusto a la lectura y comprender lo que están leyendo, sino que deben cumplir con ciertas normas. Además, cada vez que hacen bien su trabajo ganan puntos que acumulan y pueden cambiarlos por chocolates, libros o mochilas”, comentó.
Avance. Cada niño tiene derecho a leer un libro por día, de acuerdo con el número de participantes, edad y nivel del programa.
Algunos de los niños han pasado en un mes de leer 54 palabras por minuto con un error, a 123 sin errores, y manifiestan su interés por continuar en el programa.
“La mayoría de estos niños no cuentan con el apoyo en casa para hacer tareas, menos para leer todos lo días, ni siquiera tienen libros y en muchos casos los papás no saben leer. El próximo paso es trabajar con los padres de los niños participantes”, manifestó Jéssica Granados, trabajadora social a cargo.
En el mes de setiembre la persona a cargo deberá regresar a Estados Unidos para continuar sus estudios, pero el programa pasará a manos de la trabajadora social y del grupo de voluntarios.

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